El desarrollo de la técnica durante los últimos dos siglos nos ha llevado a una situación de esclavitud sin escapatoria. Somos cada vez más esclavos de la técnica. Nos hemos convertido en máquinas de nuestras máquinas. Ya no sabemos hacer nada sin máquinas, sin consumir energía... Somos cada vez más pequeños, mientras que la técnica es cada vez más grande...
"la técnica es precisamente lo que ya no somos, es nuestro fallo, es grande a costa nuestra..." (Harry Mulisch, El juicio a Eichmann, p. 211)