"... se acordaba de haber leído alguna vez en un escrito de Kuprín, o en alguna novela extranjera, que el amor se parece al carbón: cuando está candente, quema; cuando está frío, ensucia." (Vasili Grossman, Vida y destino, p. 376)
"Mirapor dónde, la bienamada ahora ya no es nada. Una extraña. Peor que una extraña, porque con una extraña puedes acabar alimentando un sentimiento, y aquí es al revés, se ha enfriado un fuego, y un fuego que se enfría mancha de tizne el suelo en el que ardió y eso no hay quien lo borre." (Rafael Chirbes, En la orilla, p. 142)