viernes, 28 de febrero de 2014

LTI La lengua del Tercer Reich

Victor Klemperer, LTI. La lengua del Tercer Reich. Apuntes de un filólogo, traducción de Adan Kovacsics, minúscula, 2012

“No sólo ha de desaparecer la acción nazi, sino que también deben hacerlo las convicciones nazis, los hábitos de pensamiento nazis y su caldo de cultivo: el lenguaje del nazismo” (Victor Klemperer)

La traducción del título de esta obra también está contaminada por el lenguaje... ¿Por qué no se traduce la palabra "Reich"? ¿Por qué siempre se habla del "Tercer Reich" y no se habla del "Tercer Imperio"? ¿Por qué se traduce "Tercer" y no se traduce "Imperio"? La palabra "Reich" también está marcada por los prejuicios de los vencedores que consiguieron que todos identifiquemos la palabra "Reich" con el mal absoluto, cosa que no ocurre con la palabra "Imperio". La Alemania nazi tenía su propio lenguaje: la LTI (Lingua Tertii Imperii). El liberalismo capitalista-democrático-occidental-moderno también tiene su propia lengua y "Reich" es una de las palabras de su diccionario. Más sobre esto en: Eric Hazan, LQR, la propaganda de cada día

(Extractos) 

Heroísmo
“Allí donde el libro de Hitler, Mi lucha, establece directrices para la educación, lo físico suele ocupar, mayoritariamente, el primer plano. (…) Hitler asigna de forma expreso un lugar secundario a la formación del carácter; en su opinión, es una consecuencia más o menos automática cuando lo físico predomina en la educación y hace retroceder lo espiritual. El último lugar de este programa pedagógico lo ocupa, admitido de mala gana, puesto bajo sospecha y vilipendiado, el intelecto, su formación y su necesidad de nutrirse de saber. El temor al hombre pensante y el odio al pensamiento de nutren de diversas formulaciones”
“El nazismo cultivó todas las disciplinas deportivas, y desde un punto de vista lingüístico ninguno lo influyó tanto como el boxeo; pero, a mediados de los años treinta, la imagen del heroísmo más frecuenta y más fácil de retener es la del corredor de coches (...) Hay un período en el que los vencedores de las carreras automovilísticas internacionales son los héroes del día más profusamente fotografiados, al volante de sus bólidos, apoyados en ellos o incluso tumbados bajo ellos. Aunque un joven no asocie su imagen interna del héroe con los musculosos guerreros, desnudos o embutidos en el uniforme de las SA, retratados en carteles o en monedas conmemorativas, sí la identificará con los corredores de coches, ambas encarnaciones del heroísmo tienen en común la mirada rígida que expresa una voluntad de conquista y una firme determinación de seguir adelante (…) Todo el vocabulario del nazismo está dominado por la voluntad de movimiento, de acción”
“Durante doce años, el vocabulario y el concepto propios del heroísmo se aplicaron de manera creciente, más y más exclusiva, a la aptitud intrépida de desprecio a la muerte demostrada en alguna acción militar. No en vano el lenguaje del nazismo puso en circulación generalizada y convirtió en una de sus palabras preferidas un adjetivo nuevo y raro utilizado por los estetas neorrománticos: combativo. Guerrero, término demasiado estrecho, sólo permitía pensar en asuntos bélicos y resultaba también demasiado evidente, revelaba agresividad y afán de conquista. En cambio combativo designa de un modo más general una actitud de tensión del alma, de la voluntad reacia a cualquier renuncia y centrada en reafirmarse, sea mediante la defensa, sea mediante el ataque, en cualquier situación de la vida”. 

La lengua del Tercer Reich
“Así como se suele hablar del rostro de una época o de un país, la expresión de una época se define también por su lenguaje. El Tercer Reich se expresa con una uniformidad espantosa en todas sus manifestaciones y en toda la herencia que han dejado: tanto en la fanfarronería desmesurada de sus pomposos edificios como en sus ruinas, tanto en el tipo de soldados y hombres de las SA y SS, profusamente retratados como prototipos ideales en carteles siempre diferentes y, no obstante, siempre iguales, como en sus autopistas y fosas comunes. Sin embargo, cuando uno ha ejercido durante décadas una profesión y lo ha hecho encantado, acaba más marcado por ella que por todo lo demás; así pues, en un sentido filológico literal y no metafórico me aferré al lenguaje, que me sirvió de balancín para superar la monotonía de las diez horas en la fábrica, los horrores de los registros domiciliarios, las detenciones, los malos tratos, etcétera, etcétera”
“El lenguaje del Tercer Reich parece tener que sobrevivir en algunas expresiones características: éstas se han introducido hasta tal punto que parecen haberse convertido en propiedad permanente de la lengua alemana. ¡Cuantas veces, por ejemplo, he oído hablar, desde mayo de 1945, en discursos radiofónicos, en apasionadas manifestaciones antifascistas, de las cualidades de carácter o de la esencia combativa de la democracia”.
“El nazismo se introducía más bien en la sangre y en la carne de las masas a través de palabras aisladas, de expresiones de formas sintácticas que imponía repitiéndolas millones de veces y que eran adoptadas de forma mecánica e inconsciente. (…) Las palabras pueden actuar como dosis ínfima de arsénico: uno las traga sin darse cuenta, parecen no surtir efecto alguno, y al cambo de un tiempo se produce el efecto tóxico”.
“En muchos aspectos, el lenguaje nazi remite al extranjero, pero gran parte del resto proviene del alemán prehitleriano. No obstante, altera el valor y la frecuencia de las palabras, convierte en bien general lo que antes pertenecía a algún individuo o a un grupo minúsculo, y a todo esto impregna palabras, grupos de palabras y formas sintácticas con su veneno, pone el lenguaje al servicio de su terrorífico sistema y hace del lenguaje su medio de propaganda más potente, más público y secreto a la vez”. 

Característica básica: la pobreza
“La Lengua del Tercer Reich es pobre de solemnidad. Su pobreza es fundamental, es como si hubiese prestado voto de pobreza”
“Mi lucha, la biblia del nacionalsocialismo, se publicó por primera vez en 1925, y desde entonces su lenguaje quedó básicamente fijado, en el sentido literal de la palabra. Mediante la toma del poder por el Partido en 1933, pasó de lenguaje de grupo a lenguaje del pueblo, es decir, se apoderó de todos los ámbitos públicos y privados: de la política, de la jurisprudencia, de la economía, del arte, de la ciencia, de la escuela, del deporte, de la familia, de los jardines de infancia y de los niños”
“A pesar de toda su duración y extensión, la Lengua del Tercer Reich siguió siendo pobre y monótona, y uso la palabra monótona con la misma literalidad que antes el verbo fijar (…) Eran siempre los mismos tópicos, el mismo tono de voz, con independencia del nivel cultural de quienes lo utilizaban. Y la Lengua del Tercer Reich, tan todopoderosa como pobre, y todopoderosa precisamente por su pobreza, reinaba incluso entre las víctimas más perseguidas y por tanto, necesariamente, incluso entre los judíos, en sus cartas y conversaciones y hasta en sus libros, mientras aún pudieron publicarlos”.
“La causa de esta pobreza parece evidente. Una tiranía organizada hasta el último detalle controla que la doctrina del nacionalsocialismo se mantenga intacta en todos sus aspectos, incluido el lingüístico (…) El poder absoluto que ejercía la ley lingüística de un diminuto grupo e incluso de un solo hombre se extendía por todo el ámbito del habla alemana, con una eficacia tanto mayor cuanto que la Lengua del Tercer Reich no distinguía entre lenguaje hablado y escrito. Antes bien, todo en ella era discurso, todo en ella debía ser apelación, arenga, incitación”
“La Lengua del Tercer Reich no sólo era pobre porque todos se veían forzados a adaptarse al mismo modelo, sino en particular porque, optando por una autolimitación, siempre expresaba sólo un aspecto de la esencia humana. Cualquier lenguaje que puede actuar libremente sirve a todas las necesidades humanas, sirve a la razón y al sentimiento, es comunicación y diálogo, monólogo y oración, petición, orden e invocación. La Lengua del Tercer Reich sirve únicamente a la invocación (…). Tú no eres nada, tu pueblo lo es todo, reza una de sus consignas. Esto significa: tú nunca estarás contigo mismo, nunca sólo con los tuyo, estarás siempre ante tu pueblo”.
“Sería por tanto erróneo decir que la Lengua del Tercer Reich apela en todos los ámbitos exclusivamente a la voluntad. Pues quien apela a la voluntad invoca al individuo, aunque se dirija a la colectividad compuesta por seres individuales. La Lengua del Tercer Reich se centra por completo en despojar al individuo de su esencia individual, en narcotizar su personalidad, en convertirlo en pieza sin ideas ni voluntad de una manada dirigida y azuzada en una dirección determinada, en mero átomo de un bloque de piedra en movimiento. La Lengua del Tercer Reich es el lenguaje del fanatismo de las masas”. 

Fanático
“Donde quiera que penetre la ideología de la Ilustración, el concepto de lo fanático siempre se asocia con un sentimiento de rechazo y de reprobación”
“Como el nacionalsocialismo se basaba en el fanatismo y practicaba la educación para el fanatismo por todos los medios disponibles, fanático fue durante la era del Tercer Reich un adjetivo que manifestaba reconocimiento en términos superlativos. Significaba la exacerbación de conceptos como valiente, entregado, constante o, para ser más preciso, una concentración gloriosa de todas estas virtudes, y hasta el más mínimo matiz peyorativo desapareció del uso habitual de esta palabra por la Lengua del Tercer Reich”.
“Cuanto más sombría se mostraba la situación, tanto más se manifestaba la fe fanática en la victoria final, en el Führer, en el pueblo o en el fanatismo del pueblo como virtud alemana fundamental. La utilización máxima desde el punto de vista cuantitativo se alcanzó después del atentado del 20 de julio de 1944 contra Hitler: la palabra aparece literalmente en todas y cada una de las innumerables profesiones de lealtad al Führer. Esta frecuencia en el campo político iba acompañada de la utilización en otros ámbitos, entre los novelistas y la conversación cotidiana. Donde antes se decía o se escribía apasionado ahora se decía fanático. 

Sistema y organización
“Quien piensa, no quiere ser persuadido sino convencido; y quien piensa sistemáticamente, es doblemente difícil de convencer. Por eso, a la Lengua del Tercer Reich la palabra filosofía le gusta casi menos que la palabra sistema. Muestra una inclinación negativa al sistema, siempre lo nombra con desprecio, pero lo hace a menudo. La filosofía, en cambio, es pasada en silencio y sustituida en todo momento por la cosmovisión”. 

Creo en Él
Es evidente que la Lengua del Tercer Reich, en sus momentos culminantes, debe ser un lenguaje de la fe, ya que está enfocada hacia el fanatismo (…) La palabra eterno desempeña un papel especial e importantísimo. Pertenece a esas palabras del léxico de la Lengua del Tercer Reich cuyo particular nazismo reside únicamente en la frecuencia descarada con que se utilizan. En la Lengua del Tercer Reich son demasiadas las cosas históricas, singulares, eternas (…) En los exámenes con que concluía el aprendizaje se recurría a menudo a una alevosa pregunta trampa. La pregunta rezaba así: ¿Qué viene después del Tercer Reich? Si un ingenuo o engañado respondía El cuarto, era suspendido de manera implacable por su incapacidad como discípulo del Partido. La respuesta correcta: Nada, pues el Tercer Reich es el Imperio eterno de los alemanes”.
“Goebbels aplica un tono divinizador aún más decidido poco antes de la invasión de Rusia. En su discurso congratulatorio del 20 de abril de 1941 dice así: No necesitamos saber lo que el Führer quiere hacer…nosotros creemos en él. Habrá que hacer comprender a las generaciones futuras que una frase de este tipo del ministro de Propaganda en ningún momento es puesto en duda, ni siquiera mínimamente, por la opinión pública”.
“Las múltiples fórmulas y expresiones de la Lengua del Tercer Reich referidas a lo trascendental configuran una red homogénea que, arrojada sobre la imaginación del oyente, lo arrastra al ámbito de la fe”  

La guerra judía
“La ley suprema reza siempre así: ¡Que tus oyentes no se planteen un pensamiento crítico, trátalo todo de manera simplista. Si hablaras de varios adversarios, alguien podría pensar que tú, el aislado, tal vez no tuvieras razón… Así pues, redúcelos a un común denominador, ponlos todos juntos en un paréntesis, establece un rango común entre ellos. Todo eso lo procura de una manera ilustrativa y popular el judío”.
“Con máximo énfasis y con suma precisión y detallismo, Mi lucha de Hitler predicaba la estupidez de las masas y la necesidad de mantenerlas en la estupidez y de disuadirlas de cualquier reflexión. Uno de los principales recursos para lograrlo consiste en machacar siempre las mismas teorías simplistas, que no pueden ser refutadas desde ningún lado”.

Bibliografía:

- Ely E. MERINO y Katharina BARBE, "Tropos, circunvoluciones e ironía: sobre la traducción al español de LTI. Notizbuch eines Philologen, de Victor Klemperer", en TRANS. REVISTA DE TRADUCTOLOGÍA 13, 2009