Hitler y Stalin, las cabezas visibles de dos sistemas totalitarios, enfrentados... ¿porque encabezaban dos sistemas opuestos? o quizá ¿porque ambos sistemas eran lo mismo?
Dos grandes novelas abordan este asunto de forma similar. Vasili Grossman, en Vida y destino, narra el interrogatorio al que el representante de Himmler en un campo de concentración somete a un prisionero ruso. Jonathan Littell, en Las benévolas, nos cuenta algo parecido: el protagonista de la novela, Max Aue, interroga también a un prisionero ruso. En ambos casos se plantean las similitudes entre el nacionalsocialismo y el comunismo. En el primer caso es el oficial alemán quien lo hace. En el segundo, el prisionero ruso.
Ambas conversaciones se inician con un cigarrillo. En un caso el prisionero ruso lo rechaza. En el otro, lo acepta.
"Saqué una de mis últimas cajetillas: '¿Fuma?'. Sonrió y vi que le faltaban dos dientes: '¿Por qué los polis siempre le dan a uno cigarrillos? Siempre que me han detenido, me han dado cigarrillos. Dicho lo cual, no se lo voy a despreciar'." (Jonathan Littell, Las benévolas, p. 398)
"Liss encendió un cigarrillo y alargó su pitillera a Mostovskói. 'No quiero' dijo ... con la voz entrecortada. Se sintió más tranquilo cuando reparó en que todos los policías del mundo, ya fueran los que le habían interrogado cuarenta años atrás, ya fuera este que hablaba de Hegel y Spengler, utilizaban la misma estúpida técnica." (Vasili Grossman, Vida y destino, p. 503)
Las actitudes de unos y otros en ambos interrogatorios no coinciden en muchas cosas, pero algunas de las opiniones que se expresan inciden de forma similar en la cuestión planteada al comienzo.
En Vida y destino, es el oficial alemán quien pronuncia las siguientes palabras:
"También sobre nuestro Estado ondea la bandera roja del proletariado,
también nosotros apelamos a la unidad nacional y al esfuerzo de los
trabajadores, también nosotros proclamamos que el Partido expresa las
aspiraciones del obrero alemán. Y ustedes también apelan al
«nacionalismo», al «trabajo». Ustedes saben tan bien como nosotros que
el nacionalismo es la fuerza más poderosa del siglo XX. ¡El nacionalismo
es el alma de nuestra época! ¡El socialismo en un solo país es la
expresión suprema del nacionalismo!" (Vasili Grossman, Vida y destino, p. 510)
En Las benévolas, en cambio, es el prisionero ruso el que dice al oficial alemán:
"«A fin de cuentas, nos lo copiaron ustedes todo, aunque no haya sido más que caricaturizándolo. Y no me refiero sólo a los
símbolos, como la bandera roja y el Primero de Mayo. Hablo de los
conceptos que más valora su Weltanschauung.»-«¿En qué sentido lo dice?»
Empezó a contar con los dedos, al estilo ruso, doblándolos uno a uno a
partir del meñique: «En donde el comunismo aspira a una sociedad sin
clases, ustedes predican la Volksgemeinschaft, que, en el fondo, es
exactamente lo mismo, limitado a sus fronteras. En donde Marx veía al
proletariado como portador de la verdad, ustedes decidieron que la
supuesta raza alemana es una raza proletaria en la que se encarnan el
Bien y la ética; por lo tanto, en el lugar de la lucha de clases han
puesto la guerra proletaria alemana contra los Estados capitalistas. En
economía, sus ideas son también únicamente deformaciones de nuestros
valores.»" (Jonathan Littell, Las benévolas, p. 399)