"La obra nº 1 estaba construida según el principio de la turbina. Era
capaz de transformar la vida y todas las formas de energía relacionadas
con ella en materia inorgánica. La nueva turbina tenía que vencer la
fuerza física, nerviosa, respiratoria, cardíaca, muscular y
circulatoria. Aquel edificio reunía los principios de la turbina, del
matadero y de la incineración. Lo más difícil había sido encontrar la
manera de integrar todos aquellos factores en una sencilla solución
arquitectónica.
...
... El suelo de la cámara estaba compuesto por pesadas losas corredizas
sujetas firmemente entre sí por bastidores metálicos. Al accionar el
mecanismo desde la sala de control las losas que formaban el suelo se
ponían en posición vertical y el contenido de la cámara desaparecía en
los locales subterráneos. Allí la materia orgánica era manipulada por
equipos de odontólogos que extraían los metales preciosos de las
prótesis. A continuación, se ponía en marcha la cinta transportadora que
conducía la materia orgánica, privada ya de pensamiento y sensibilidad,
a los hornos crematorios, donde sufría el último proceso de destrucción
bajo la acción de la energía térmica para transformarse en abono
fosfórico, en cal y cenizas, en amoníaco, en gas carbónico y sulfuroso. "
Vasili Grossman, Vida y destino, p. 603-605