miércoles, 5 de febrero de 2014

Eichmann castigado

Tras la última sesión del juicio a Eichmann, en Jerusalén, en agosto de 1961, Harry Mulisch escribía:

"Quien haya visto a Eichmann en televisión durante las últimas semanas sabrá que ha mirado a la cara de un hombre que casi se ha vuelto loco. Los ojos, la boca, toda su cara está en movimiento, se estremece y se crispa continuamente, pero nunca se forma algo parecido a una expresión, cada movimiento por separado carece de sentido, ninguno tiene que ver con otro: el hombre ha quedado destrozado en mil pedazos. Esto se refuerza por la total inmovilidad del resto de su cuerpo. Esto es lo que sucede con una persona que es demonizada. Su rostro no se crispa porque por fin comprenda lo atroz de sus actos, sino porque no comprende nada. Realmente, este hombre está siendo castigado. No puedo decir que no se lo merezca, pero tampoco que me alegre. Ante todo es horroroso."

Harry Mulisch, El juicio a Eichmann, p. 194-195