"El castigo del verdugo es éste: no considera a su víctima un hombre y él mismo deja de ser un hombre; mata al hombre que hay en él, se convierte en su propio verdugo; la víctima, por mucho que la destruyan, continuará siendo un ser humano para toda la eternidad."
Vasili Grossman,
Todo fluye, p. 169
Pepe Isbert en un fotograma de la película El verdugo, (Luis G. Berlanga, 1963)