Una novela retomada después de casi cuarenta años... La fecha escrita por mí en la primera página del libro me recuerda que leí esta novela por primera vez allá por el año 1976... No recuerdo nada. Quizá dejara en mí impresiones y sensaciones que me sirvieran para posteriores reflexiones, pero queda sumergida en un vacío absoluto...
Novela densa, plagada de reflexiones de todo tipo sobre el mundo, sobre la vida, sobre los seres humanos, en las que predominan el pesimismo, la amargura, el desamor y la desesperanza... la desesperanza que acompaña inevitablemente a la lucidez. Lucidez y delirio para sumergirse en la exploración de "ese oscuro laberinto que conduce al secreto central de nuestra vida". La angustia existencial y el fatalismo son protagonistas principales en una novela en la que se entrelazan varias historias, un delirante informe sobre ciegos y retazos de la historia de las guerras argentinas del siglo XIX.
"Porque felizmente (pensaba) el hombre no
está sólo hecho de desesperación sino de fe y de esperanza; no sólo de muerte sino también
de anhelo de vida; tampoco únicamente de soledad sino de momentos de comunión y de
amor. Porque si prevaleciese la desesperación, todos nos dejaríamos morir o nos
mataríamos, y eso no es de ninguna manera lo que sucede. Lo que demostraba, a su juicio,
la poca importancia de la razón, ya que no es razonable mantener esperanzas en este
mundo en que vivimos. Nuestra razón, nuestra inteligencia, constantemente nos están
probando que ese mundo es atroz, motivo por el cual la razón es aniquiladora y conduce al
escepticismo, al cinismo y finalmente a la aniquilación Pero, por suerte, el hombre no es casi
nunca un ser razonable, y por eso la esperanza renace una y otra vez en medio de las
calamidades." (II, XVII)
"Sobre héroes y tumbas": Intervención fotográfica, sonora y sensorial