"El silencio y la soledad tenían esa impresionante vigencia que tienen siempre de noche
en el barrio de los Bancos. Barrio mucho más silencioso y solitario, de noche, que cualquier
otro; probablemente por contraste, por el violento ajetreo de esas calles durante el día; por el
ruido, la inenarrable confusión, el apuro, la inmensa multitud que allí se agita durante las
horas de Oficina. Pero también, casi con certeza, por la soledad sagrada que reina en esos
lugares cuando el Dinero descansa. Una vez que los últimos empleados y gerentes se han
retirado, cuando se ha terminado con esa tarea agotadora y descabellada en que un pobre
diablo que gana cinco mil pesos por mes maneja cinco millones, y en que verdaderas
multitudes depositan con infinitas precauciones pedazos de papel con propiedades mágicas
que otras multitudes retiran de otras ventanillas con precauciones inversas. Proceso todo
fantasmal y mágico pues, aunque ellos, los creyentes, se creen personas realistas y
prácticas, aceptan ese papelucho sucio donde, con mucha atención, se puede descifrar una
especie de promesa absurda, en virtud de la cual un señor que ni siquiera firma con su
propia mano se compromete, en nombre del Estado, a dar no sé qué cosa al creyente a
cambio del papelucho. Y lo curioso es que a este individuo le basta con la promesa, pues
nadie, que yo sepa, jamás ha reclamado que se cumpla el compromiso; y todavía más
sorprendente, en lugar de esos papeles sucios se entrega generalmente otro papel más
limpio pero todavía más alocado, donde otro señor promete que a cambio de ese papel se le
entregará al creyente una cantidad de los mencionados papeluchos sucios: algo así como
una locura al cuadrado. Y todo en representación de Algo que nadie ha visto jamás y que
dicen yace depositado en Alguna Parte, sobre todo en los Estados Unidos, en grutas de
Acero. Y que toda esta historia es cosa de religión lo indican en primer término palabras
como créditos y fiduciario"
Ernesto Sábato, Sobre héroes y tumbas, III, II
Ernesto Sábato, Sobre héroes y tumbas, III, II