"... los monos parecen malos, atormentados, amargados, perpetuamente ofendidos, resentidos por haber dejado escapar la humanidad por un pelín. Les obsesiona a todas luces, no pueden quitárselo de la cabeza. Se diría que están dispuestos a tomarse la revancha."
Jean Echenoz,
Correr, p. 107
David Teniers el Joven, Monos en la cocina (1645), Museo del Hermitage, San Petesburgo