viernes, 29 de noviembre de 2013

cuando duermen los árboles


"Aunque no nos demos cuenta, un árbol está vivo, y siente, y sufre, y se retuerce de dolor cuando el hacha entra en su carne, formando las estrías y los nudos por los que penetrarán más tarde el moho y la carcoma que acabarán pudriéndola algún día. En cambio, con la luna menguante, los árboles duermen y, como cuando un hombre se muere, de repente, en pleno sueño, ni siquiera se dan cuenta de que están siendo cortados. Y así, su madera queda lisa, compacta, impenetrable, capaz de resistir la podredumbre de la tierra muchos años."

Julio Llamazares, La lluvia amarilla, p. 132