"... damas que regresaban del mercado con verduras, coles y zanahorias, guisantes y ciruelas en bolsas de cuero trenzado, demostraban su excelente educación como amas de casa, por cuanto habían sabido regatear y apoderarse a buen precio de los bienes de las fatigadas campesinas, para luego derrochar en café y pasteles cien veces más de lo que habían ahorrado."
Heinrich Böll, Billar a las nueve y media, p. 93