Heinrich Böll, Billar a las nueve y media, Barcelona, 1970
Heinrich Böll indaga de nuevo en lo más hondo de la Alemania del siglo XX. Esta vez lo hace a través de tres generaciones de una familia de arquitectos. Su narración es un viaje a través de la memoria y de las memorias, en un tiempo que no transcurre, que no avanza, sino que gira o es empujado como si fuera una amenaza. Un tiempo en el que van y vienen los corderos, los pastores y "los que han comido del sacramento del búfalo", el sacramento de la violencia, del odio, del orgullo patrio y de los altos ideales ante los que nadie vale nada...
La narración de Böll es como un "castillo encantado al que sólo se puede llegar a través de infinitas escalas de mano de enormes travesaños".
"... el tiempo, empujado por el sol, se acercaba como una amenaza, llenaba el gran reloj que muy pronto vomitaría las terribles campanadas..." (p. 71-72)
Böll habla de Alemania y de alemanes. Habla de lo que fueron y de lo que son. De quienes fueron y de quienes son y quienes entraron en Alemania como salvadores de la libertad y de la democracia cayeron también en "el error de esperar que encontrarían bestias en lugar de hombres comprensivos y humanos" (p. 185)
Uno de los personajes de la novela que abandonó Alemania durante la guerra, regresa a Alemania en 1958 y preguntado sobre si la reconoce responde: "La reconozco aproximadamente como se reconoce a una mujer a la que se ha amado cuando era niña y se vuelve a ver veinte años después; debo confesar que ha engordado un poco; cuestión de glándulas sebáceas; es evidente que se ha casado con un hombre que no sólo era rico, sino también muy trabajador; hotelito junto al mar, coche, sortijas en los dedos; en estas circunstancias el antiguo amor se convierte inevitablemente en ironía." (p. 204)
Reseña en Das Bücherregal
Película basada en esta novela: Nicht versöhnt oder Es hilft nur Gewalt wo Gewalt herrscht
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