"Niños en el zoo de Amberes, mirando a los leones, a los monos, a los leones marinos. Después de haber visto todos los animales, a la salida se encontraron con una caja vacía. Dentro de la caja había un espejo. Y sobre el espejo, esta frase: 'El ser humano, el animal más peligroso que existe'."
Kirmen Uribe, Lo que mueve el mundo, p. 75
"A fin de cuentas, para el Reich los prisioneros no eran humanos y, por tanto, no merecían ser tratados como personas. Los nazis pretendían arrancarles de raíz las ganas de vivir."
Kirmen Uribe, Lo que mueve el mundo, p. 158-159
"... bien pensado, los animales tampoco son humanos, pero ninguno de nuestros guardias trataría a un animal como trata a los Häftlinge (prisioneros)... He llegado a la conclusión de que un guardia SS no se vuelve violento o sádico porque opine que el preso no es un ser humano; al contrario, la rabia que siente es cada vez mayor y se convierte en sadismo cuando se da cuenta de que el preso es no solo un hombre inferior, como le han dicho, sino, precisamente y a fin de cuentas, un hombre como él, en el fondo, y, mire, lo que al guardia le parece insoportable es esa resistencia, esa persistencia callada del otro, y, en consecuencia, el guardia le da una paliza para intentar que desaparezca esa humanidad común. Por supuesto, no funciona: cuanto más pega el guardia, más se da cuenta de que el preso se niega a considerarse a sí mismo como no humano. Al final, no le queda ya más solución que matarlo, lo cual es admitir el fracaso de forma definitiva."
Jonathan Littell, Las benévolas, p. 630