"Además del dragón, los agricultores chinos disponen del pájaro llamado shang yang para obtener la lluvia. Tiene una sola pata; en épocas antiguas los niños saltaban en un pie y fruncían las cejas afirmando: lloverá porque está retozando el shang yang. Se refiere, en efecto que bebe el agua de los ríos y la deja caer sobre la tierra.
Un antiguo sabio lo domesticó y solía llevarlo en la manga. Los historiadores registran que se paseó una vez ante el trono del príncipe Ch’i, agitando las alas y dando brincos. El príncipe, alarmado, envió a uno de sus ministros a la corte de Lu, para consultar Confucio. Éste predijo que el shang yang produciría inundaciones en la región y en las comarcas adyacentes. Aconsejó la construcción de diques y canales. El príncipe acató las admoniciones del maestro, y evitó así grandes desastres."
Jorge Luis Borges, El libro de los seres imaginarios
Hoy, a primera hora de la mañana, nos ha visitado Shang Yang... y nos ha regado la huerta y los frutales con agua limpia, sin cloro y sin cal...
Gracias, Shang Yang