"Cada judío, en alguna parte de su ser, debería apartar una zona de odio saludable, odio viril contra lo que personifica lo Alemán y contra lo que persiste en lo Alemán. Hacer lo contrario sería una traición a los muertos."
Página 178 de este libro:
No es una actitud rara en una víctima, pero no es la más adecuada para lograr la paz. Por ello es un insulto que a alguien con esta actitud se le concediese el Premio Nobel de la Paz. Sin embargo, no es para nada sorprendente, ya que este es un premio que se ha concedido a otros individuos nada favorecedores de la paz, sino todo lo contrario, como Obama o Kissinger.