sábado, 8 de noviembre de 2014

ternura y revolución

"Ciertamente todos necesitamos ternura. El gato que se restriega entre las piernas de los invitados, o que ronronea en las faldas de quien se sienta. El perro que salta entusiasmado y mira, esperando su reconocimiento. La ternura nos reconecta a todos y nos hace bien. ¿Quién no ha sentido gusto al pasar la mano por el rostro de un ser amado o ha gozado sus caricias sobre el cuerpo?

El afecto es una necesidad primaria del ser humano. Sabio es entender entonces que sin cariño ni amor, no hay revolución que sea posible."