sábado, 1 de noviembre de 2014

Podemos... apuntalar las ruinas

 En un artículo titulado "¿Otra vuelta de tuerka?", Juanma Agulles desvela algunas de las claves que nos ayudan a entender lo que significa "Podemos" en el actual circo político.

Entre otras cosas, dice lo siguiente:

"En el momento en que la degradación social iba camino de convertirse en irreversible, cuando las condiciones de vida sufrían un hundimiento generalizado y el descrédito de las instituciones se profundizaba, la voz de los oprimidos reclamó amos mejores, y aquellos que siempre están dispuestos a acudir a la llamada, por fin, aparecieron. Se trata, sobre todo, de apuntalar las ruinas e intentar, por todos los medios, ampliar los plazos de vencimiento de una forma de vida condenada desde hace tiempo. Ese es el papel de Podemos, encauzar la negación del régimen que sufrimos hacia una reforma que mantenga las bases materiales de la opresión pero que adopte formas más «participativas»."

...

"La base social se nutre de los reductos de las clases medias, profesionales liberales, funcionarios y estudiantes que han visto cómo la extensión de la crisis económica ha hecho peligrar ese mundo que habían creído conquistar con tanto empeño. El mundo de una precaria seguridad garantizada por un Estado de Beneficencia, que es a lo máximo a lo que llegó aquí la utopía del Estado de Bienestar. Durante casi veinte años, la derecha de este país se había ganado a una parte importante de aquellos que reclamaban «trabajo por encima de todo», y con los mismos argumentos pueden pasar hoy a engrosar las filas de los Círculos. "

"De ese modo, el ascenso del llamado sentido común, que los líderes de Podemos no se cansan de invocar, significa, en la práctica, el repliegue hacia la defensa de un modo de vida indefendible, una vuelta de tuerca más en el encierro del trabajo asalariado y el consumo de un montón de banalidades. Las nuevas castas alternativas ya recorren, con ritmo digno de admiración, el camino hacia su institucionalización. Y en el proceso de construcción de lo que ellos llaman un discurso «hegemónico» lo primero que desaparece es la crítica radical a la cultura material sobre la que se sostienen las actuales formas de opresión. Por ello hay que tener claro el fondo de su propuesta: patria, trabajo, orden y movilización general hacia un horizonte redentor. Quienes nos hemos enfrentado siempre a este programa del Partido del Estado, conocemos bien qué tipo de energías del descontento explotan estos movimientos y qué compromisos debe asumir desde el inicio. Darles la bienvenida como un mal menor y apostar por lo «preferible» es asumir que formaremos también parte de lo «detestable». Y quienes no estén dispuestos a ello deberán afrontar los nuevos malos tiempos por venir y seguir presentando batalla en las peores condiciones imaginables."

En fín...

Podemos... lograr una nueva manera de obedecer bajo la forma de la rebelión...

Podemos... lograr que todo se mantenga igual, pero mejor repartido entre los blancos, guapos, cultos y civilizados, claro, porque si los negritos del Congo entran en el reparto... igual no nos interesa.

Podemos... reindustrializar el país... pero sin energía nuclear, ni fracking... o sea, "sopas y sorber" que me decían a mí de niño...

Igual "podemos"... pero no "debemos". Es este sistema el que no funciona, el que no nos sirve... No son los partidos, es el sistema de partidos; no es la economía financiera, es el  sistema de mercado; no es un mal reparto de la riqueza, es que la riqueza no existe; no son las conspiraciones, somos nosotros... Si no cambiamos nosotros, si no cambiamos nuestra forma de vida, si no cambiamos nuestro egoismo y nuestro afán por tener cada vez más, si no cambiamos nuestra forma de relacionarnos con los demás seres vivos, con las cosas, con la tierra... no podemos cambiar nada. Lo único que podemos es apuntalar las ruinas.