martes, 4 de noviembre de 2014

La fiesta de la insignificancia

Milan Kundera, La fiesta de la insignificancia, Traducción de Beatriz de Moura, Tusquets, 2014

Porque hasta los problemas más serios pueden inspirar la risa, Milan Kundera arroja un poco de luz sobre la época que le ha tocado vivir. Una época cómica, porque ha perdido todo su sentido del humor.



Y porque "la existencia transcurre entre dos abismos"



Roth: En El libro de la risa y el olvido, sin embargo, hay otras cosas en juego. En una pequeña parábola, compara la risa de los ángeles con la risa del diablo. El diablo ríe porque el mundo de Dios no tiene sentido para él; los ángeles ríen de alegría porque en el mundo de Dios todo tiene su sentido.

Kundera: Sí, el hombre utiliza la misma manifestación fisiológica -la risa- para expresar dos actitudes metafísicas distintas. Si de pronto a alguien se le cae el sombrero encima del ataúd, en una tumba recién abierta, el entierro pierde todo su sentido y nace la risa. Dos enamorados corren por un prado, cogidos de la mano, riéndose. Su risa no tiene nada que ver con ningún chiste: es la risa seria de los ángeles cuando manifiestan su alegría de existir. Ambas modalidades de risa forman parte de los placeres de la vida, pero, llevados al extremo, también indican un apocalipsis dual: la risa entusiasta de los fanáticos-ángel, tan convencidos de su importancia en el mundo, que están dispuestos a colgar del cuello a todo el que no comparta su alegría. Y la otra risa, procedente del lado opuesto, la que proclama que nada tiene ya sentido. La existencia transcurre entre dos abismos: a un lado, el fanatismo; al otro, el escepticismo absoluto.

Conversación entre Philip Roth y Milan Kundera
Londres y Connecticut, 1980