"... alguna de las muchachas dijo que parecía increíble que en una vida tan
cotidianamente igual como era la de ellos, pudiera introducirse un
cambio: el cambio definitivo de la muerte. Después recordó la frase, y,
en horas de insomnio, cuando las credulidades y los propósitos son más
apremiantes, decidió imponer a todos una vida escrupulosamente repetida,
para que en su casa no pasara el tiempo."