Bestiario, siglo XIII
"Luego, le empezó a hablar del unicornio. Era la criatura más tímida que existía y era muy raro que alguien lo llegara a ver. Solo se acercaba a las doncellas de corazón puro. Bastaba con que una de ellas se sentaa en un claro del bosque para que el unicornio acudiera a su encuentro. Se tumbaba entonces a su lado y tras colocar la cabeza sobre su falda se quedaba plácidamente dormido." (p. 138)
"¿Qué es aquello que cuando lo nombras desaparece? El silencio... Pues eso mismo pasa con el unicornio, que todo lo que se cuenta sobre él lo vuelve más ajeno y desconocido. Su vida pertenece al reino de las cosas mudas, y ninguna palabra la puede apresar. (...) Mas los unicornios son muy preciados por los poderes mágicos de sus cuernos. Los nobles pagan cifras astronómicas por ellos, y los consumen en forma de polvo en la comida y la bebida, convencidos de que esto los libra de la muerte. Para conseguir esos cuernos contratan el servicio de cazadoressin escrúpulos que capturan a los unicornios y les dan muerte para arrebatárselos." (p. 140-141)
Gustavo Martín Garzo, La puerta de los pájaros