Ucrania y su papel energético
Europa depende de Rusia en cerca del 40% del gas que importa y la mayoría es transportado a través de Ucrania. Ese gas es transportado por gasoductos que pertenecen a Gazprom pero eso pudiera cambiar. Chevron firmó, en noviembre 2013, un contrato, con el gobierno ucraniano de Yanukovich, para explorar 650 mil hectáreas en busca de gas. Unos meses antes el mismo gobierno había firmado otro menos importante con Royal Dutch Shell.
El acuerdo de Chevron fue apoyado por Washington para reducir el comercio energético y la complementación económica de Europa con Rusia. El área asignada a Chevron incluye el Oleska Block, donde hay roca de pizarra con potencial en gas de esquisto. El problema es que el método para su obtención, llamado fracking hidráulico, es altamente contaminante y ha sido prohibido ya por algunos países europeos donde se usó, como en Rumania y Lituania.
Es probable que haya alguna coordinación entre el Departamento de Estado y Chevron para el golpe de Estado en Kiev, porque fue en un encuentro patrocinado por Chevron donde Victoria Nuland, Subsecretaria de Estado norteamericana para Europa del este anunció que el gobierno norteamericano había invertido 5 mil millones en prepararlo (promover la democracia en Ucrania, dijo ella). Se puede especular sobre si una razón del golpe de Estado sea la de nacionalizar los oleoductos de Gazprom, para darlos luego en administración a Chevron. De ese modo la venta de gas ruso y el aprovisionamiento europeo quedarían en manos de una empresa norteamericana muy vinculada con la política exterior de Washington.
El golpe de Estado mira evidentemente a penetrar Ucrania con intereses angloamericanos más que con intereses de la UE, porque Europa no es soberana; es regida por gobiernos títeres que obedecen órdenes de New York y Londres; está bajo ocupación militar y financiera. Lo demuestra que Bruselas hable de aplicar sanciones a Rusia, cuando a la industria y la población europea eso no conviene. El pretexto es castigar a Rusia por aceptar la solicitud de Crimea de integrarse a la Federación Rusa. Esa solicitud refleja el deseo de la población de Crimea y ya fue hecha en 1994, cuando la independencia ucraniana, pero que no fue acogida, sin duda por la influencia angloamericana en el triste gobierno de Boris Yeltsin.
Umberto Mazzei