"El alcalde, que en el país se llama juez, celebra sus reuniones en la casa consistorial. Entre los presentes hay fumadores que fuman ausentes, no fumadores que no fuman y dormitan, alcohólicos, que en el pueblo se llaman borrachines y ponen sus botellas bajo las silas, y no alcohólicos y no fumadores que son débiles mentales -lo que en el pueblo se llama gente decente- y fingen escuchar aunque estén pensando en cosas totalmente distintas, si es que son capaces de pensar."
Herta Müller, En tierras bajas. Crónica de pueblo, p. 160