El otoño es un color con variaciones entre el verde y el rojo a
través de amarillos ocres y marrones sobre el que descansa el azul
velado del cielo surcado por girones de nubes blanquísimas.
El
otoño es anunciado por los quitameriendas (falso azafrán) que florecen
milagrosamente en las resecas eras. Eras que eran porque "ya no son ni
prado ni era", como solía decirnos Encio. Eras en las que cuando se
trillaba el trigo se merendaba para hacer más llevaderas las largas
tardes de trabajo bajo el sol de verano; y en las que tras los trabajos
de la trilla, con el grano ya almacenado, cuando los días eran más
cortos, y ya no se trillaba ni se merendaba, surgían los quitameriendas
para dar testimonio del fin de los trabajos y de las meriendas.
El
otoño, anunciado por estas pequeñas florecillas, se presiente también
en los frescos atardeceres dorados y en los fríos amaneceres
neblinosos... Se presiente en los rojos escaramujos, en las oscuras
moras y en las azuladas endrinas...