"No sé por qué no me decidía a ir. ¿Miedo a Auschwitz? ¿Miedo a la palabra Auschwitz? ¿Miedo a viajar en tren a Auschwitz? ¿Miedo a volverme parte de las hordas del turismo que van a Auschwitz, de ese turismo deplorable, y amarillista, y que hasta podría decirse que rinde culto a la pornografía de la bestialidad?