Así de rotunda es Silvia Rivera Cusicanqui, la antropóloga boliviana de origen aimara en una entrevista concedida hace ahora un año en el programa Cosa Pública 2.0 de la Radio Universidad de Guadalajara (México).
Se puede escuchar la entrevista completa aquí
Silvia Rivera Cusicanqui, pensadora crítica, socióloga
anarquista boliviana, afirma que el presidente Evo Morales “se ha aliado
con la oligarquía. Evo está en el corazón de la derecha”.
“Además la nueva ley que tiene un nombre rimbombante: Ley de la
Revolución Comunitaria, Productiva, Pluri no sé qué, está abriendo la
puerta para los transgénicos, hoy día está constitucionalizado en
Bolivia el ingreso de transgénicos, entonces ya no puedes decir que hay
una derecha fuera del Evo, el Evo está en el corazón de la derecha”.
“Voy a decir algo muy duro, la derecha es el Evo ahora, el Evo ha dado
tal nivel de apertura a la derecha concreta de carne y hueso, que son
ahora militantes del proceso de cambio, la Unión Juvenil Cruceñista que
andaba persiguiendo indios a patadas el 2008 hoy día son militantes del
MAS, se han inscrito en el MAS, han trabajado, están trabajando para las
elecciones”.
Lamentó que no se plasme lo plurinacional en el país, ya sea a través
de las autonomías indígenas o la reorganización del poder político a
nivel central con una representación proporcional a la demografía, vale
decir, una mayor representación indígena en la Asamblea Legislativa
Plurinacional, donde hoy, de 130 diputados, sólo siete son indígenas.
“Habrá uno u otro con apellido y con pinta de indio que es afiliado al
MAS y se ha metido al esquema y que solamente levanta la mano, pero esos
no cuentan”, manifestó.
NO HAY NINGÚN GOBIERNO INDÍGENA EN AMÉRICA LATINA
Silvia Rivera Cusicanqui abrió en el CUCSH el IV Congreso Internacional de Investigación sobre América Latina.
Continúa el saqueo imparable, por las empresas transnacionales, de
los recursos naturales en donde durante cientos de años han estado
asentados los pueblos originales de América ante la complicidad e
indiferencia de los gobernantes, porque “todavía no hay ningún gobierno
indígena en América Latina” que los detenga, denunció la antropóloga
boliviana Silvia Rivera Cusicanqui en entrevista posterior a su
conferencia, “Etnicidad estratégica, nación y colonialismo en América
Latina.
En el auditorio Silvano Barba, del Centro Universitario de Ciencias
Sociales y Humanidades (CUCSH) de la UdeG, invitada a impartir la
conferencia inaugural del IV Congreso Internacional de la Red de
Investigación sobre América Latina en cooperación con el CUCSH-UdeG y el
CIESAS-Occidente, y que este año lleva por título “Dinámicas de
inclusión y exclusión en América Latina. Perspectivas y prácticas de
etnicidad, ciudadanía y pertenencia”, la investigadora puso el dedo en
la llaga.
“No hay indígenas en el poder –denunció Cusicanqui–. Tenemos que
tener eso bien claro. El presidente de Bolivia, Evo Morales, es un
exsindicalista cocalero, parcelario, mercantil, vinculado a la
producción comercial y de monocultivo. No hay nada de indígena en su
forma de ser, ni de percibir. Ni siquiera habla un idioma indígena. Es
solamente un recurso retórico decir que es indígena. Tampoco supone una
ruptura de los modelos hegemónicos que nos vinculan a ser el patio
trasero de las grandes transnacionales”.
Explicó que la lucha que sostienen los indígenas y campesinos de
América Latina es la misma ante la marcha imparable de empresas y
gobiernos “desarrollistas”, ahora incluso más crueles y más agresivos.
“Lo que vivimos se parece mucho a las luchas contra la idea de la selva
como un ‘espacio vacío’ que se configuró en los años sesenta. Esta idea
se ha vuelto a reeditar, lo que les resta posibilidades de sobrevivencia
a muchas poblaciones que han ocupado ancestralmente esos territorios”.
Rivera Cusicanqui señaló que no les queda más remedio a los pueblos
indígenas que “luchar, como siempre. Y ellos están resistiendo desde
varios ámbitos. Es el caso que he mencionado en mi conferencia, como la
lucha por la defensa de tierras y selvas. En mi país esta lucha se
percibe como muy difícil y larga, pero no por ello tenemos que
renunciar”.