"El aire era frío y límpido. Sobre las calles sucias y mal iluminadas, sobre los negros tejados, se
extendía un cielo oscuro y estrellado. Sólo al mirar aquel cielo dejaba Pierre de sentir la ofensiva bajeza
de las cosas terrenas comparadas con la altura a que se encontraba su espíritu. Al llegar a la plaza de
Arbat, sus ojos contemplaron, más amplia aún, la enorme extensión del cielo estrellado y oscuro. Casi en
el centro de aquel cielo, sobre el bulevar Prechitenski, sembrado de estrellas, se destacaba entre todas
ellas por su proximidad a la Tierra, su luz más blanca y su larga cola vuelta hacia arriba, un cometa
enorme y brillante, el famoso cometa de 1812, que, según se decía, anunciaba grandes catástrofes y el fin
del mundo. Mas, para Pierre, aquel luminoso astro, con su larga y radiante cola, no despertaba ningún
sentimiento de temor. Por el contrario, miraba alegremente con ojos húmedos de lágrimas aquella estrella
luminosa que después de recorrer a velocidad increíble espacios inconmensurables, siguiendo una línea
parabólica, se hubiera detenido —como flecha clavada en la tierra— en un lugar por ella elegido en el
negro cielo; allí se detuvo, alzó enérgicamente la cola, luciendo y jugueteando con su blanca luz entre
infinitas estrellas centelleantes."
Liev Nikoláievich Tolstói, Guerra y paz, libro II, quinta parte, capítulo XXII
Diario de un patriota complutense en la guerra de la independencia, Madrid, 1894, p. 40
El libro titulado "Diario de un Patriota Complutense en la Guerra de la Independencia" se suele atribuir al Licenciado D. Juan Domingo Palomar, corregidor que asistía a las juntas del Ayuntamiento de Alcalá. En el Diario de las Cortes del 23 de septiembre de 1811 no aparece el soneto que se menciona en esta obra.
El instructor o repertorio de Historia, Bellas Letras y Arte, tomo II, Londres, 1835, p. 213
Tapiz de Bayeux, Siglo XI
Escena XXXII en la que varias personas observan una estrella (se cree que podría tratarse del cometa Halley que pudo verse en el año 1066)