lunes, 19 de enero de 2015

Crisis de la modernidad y tentaciones revolucionarias

Cada generación, sin duda, se cree destinada a rehacer el mundo. La mía sabe, sin embargo, que no lo hará. Pero su tarea quizá sea más grande. Consiste en impedir que el mundo se deshaga
Albert Camus


La modernidad, durante los últimos 500 años, ha colonizado la Tierra, los pueblos, las mentes, las lenguas, la vida humana y no humana para instaurar un pensamiento único y una cosmovisión única: una forma de vida única basada en el capitalismo, el patriarcalismo, el etnicismo y el racionalismo.

La modernidad está en crisis y no existe una alternativa, porque las alternativas serán diversas. No debemos caer en la tentación de pensar alternativas para la vida de los demás, de imaginar utopías y mundos posibles porque estamos imbuidos de modernidad y sólo podemos pensar desde la modernidad. También hemos de evitar la tentación de acudir al pasado en busca de alternativas para el futuro. El estudio del pasado, es decir, la historia, nos puede ayudar a entendernos, a comprender cómo hemos llegado a donde estamos y a conocer y retomar las causas perdidas, lo que pudo ser y nunca fue. Hemos de aceptar la existencia de opciones diversas e imprevisibles. No es posible una revolución que lo transforme todo porque no estamos en condiciones de saber en qué consiste esa transformación. La única revolución posible afecta a nuestra vida, a nuestras costumbres, a nuestras cosmovisiones. Es imprescindible desaprender, cuestionarnos nuestras premisas más básicas, descomponer nuestras ideas, nuestra visión del mundo, porque sólo mediante el pensamiento crítico, la desobediencia, y la búsqueda constante podremos encontrar formas de vida nuevas, diversas, enriquecedoras…

Conferencia de Ramón Grosfoguel: "La crisis terminal de la modernidad"

Artículos sobre la modernidad en el blog Agnosis:

Edad moderna vs. edad media I
Edad moderna vs. edad media II
Edad moderna vs. edad media III
Edad moderna vs. edad media IV