Frédéric Beigbeder, Una novela francesa, Traducción de Francesc Rovira, Anagrama, 2011 (Prefacio de Michel Houellebecq)
Varios caminos me han conducido hasta este "novela francesa". Uno de ellos fue la lectura de Una novela rusa de Emmanuel Carrère, pues al poco de leerla tuve ocasión de conocer la existencia de la obra de Beigbeder, publicada un año más tarde, cuyo título no sé si es un guiño hacia la obra de Carrère o no es más que una casualidad. Otro fue que la encontré mencionada, así como a su autor, en El mapa y el territorio, de Michel Houellebecq, aumentando así mi curiosidad por esta obra. Un tercer camino puede haber sido también la reciente lectura de La isla del padre de Fernando Marías y, sobre todo, la reseña que firmaba Francisco Solano en el suplemento Babelia de El País del sábado 9 de mayo pasado, con el título "Tácticas del testimonio", en la que critica la tendencia de algunos escritores a incluirse en sus narraciones a las que no le gusta considerar como novelas sino como pertenecientes a un género al que denomina de testimonio. Estoy de acuerdo en que son bastantes las novelas publicadas en los últimos años en las que, con mayor o menor carácter autobiográfico, los autores aparecen dentro de la narración, pero no creo que por esta razón haya que considerar que estas obras no pertenezcan al género que llamamos "novela". Para mí, como lector, es irrelevante si los personajes que aparecen en una novela son reales o ficticios, si alguno de ellos se trata del mismo autor explícitamente o si lo es de forma encubierta. Me importa la historia, la forma en la que está contada, la penetración en el alma de los personajes, en la descripción de las situaciones que se crean... qué más da si lo que se cuenta ocurrió de verdad o no, si le ocurrió al que lo cuenta o a otra persona o a un personaje que sólo existe en la imaginación del escritor...
Michel Houellebecq, en el prefacio a esta novela dice de ella lo siguiente: "La mayor cualidad de este libro es, sin ninguna duda, su honestidad. Y cuando un libro es tan honesto, puede dar lugar, casi inadvertidamente, a verdaderos descubrimientos sobre la naturaleza humana, terreno en el que la literatura mantiene varios cuerpos de ventaja sobre las ciencias".
Beigbeder afirma que escribe para recordar y que cuando inició la escritura de esta novela autobiográfica lo hizo con la esperanza de que la escritura le ayudase a revivir la memoria, porque, según él, "la literatura se acuerda de lo que nosotros hemos olvidado: escribir es leer en uno mismo."
Nada más empezar mi lectura me encuentro con seis palabras que me conmueven profundamente. Son las seis palabras que forman la primera frase del libro: "Soy más viejo que mi bisabuelo". Me conmueven porque yo soy mucho más viejo que mi madre y estoy a punto de ser más viejo que mi padre. Y esto es algo en lo que pienso frecuentemente.
Una pequeña crítica en cuanto a la traducción. Leo en la página 47: "En los años cincuenta, el matrimonio heredó una mansión en la costa vasca, Cenitz Aldea ('Por el camino de Cénitz' en euskera)...". Me sorprende que el autor haya utilizado la palabra "euskera" para referirse a la lengua vasca y compruebo que en la edición francesa se puede leer lo siguiente: "Cenitz Aldea ('Du côté de Cénitz' en basque)...". ¿Por qué traducir "basque" por "euskera" cuando se está traduciendo del francés al castellano? "euskera" es la forma en la que se llama a la lengua vasca en dicha lengua, pero no en castellano. De paso, al hacer esta comprobación, he podido detectar otro error, ya que no creo que la traducción correcta al castellano de la expresión francesa "Du côté de..." sea "Por el camino de..."
A propósito de literatura autobiográfica, en el capítulo 42 encontramos esto:
"Puesto que lo que se escribe se vuelve realidad, esta novela cuenta mi verdadera vida..."
"Se puede escribir como Houdini deshacía sus ataduras. La escritura puede servir de revelador en el sentido fotográfico del término. Por eso me gusta la autobiografía: me parece que, oculta dentro de nosotros, hay una aventura que espera a ser descubierta y que, si llegamos a extraerla de nuestro interior, es la historia más sorprendente jamás contada."