Pablo Picasso, Portrait de Dora Maar (1939)
"El retrato de Dora Maar que hizo Picasso, ¿acaso no nos importa un pepino? De todos modos, Picasso es feo, pinta un mundo horriblemente deformado porque su alma es fea, es todo lo que se puede decir de Picasso, no hay ninguna razón para seguir favoreciendo la exposición de sus lienzos, no tiene nada que aportar, no hay ninguna luz en él, ninguna innovación en el modo de organizar colores o formas, en suma, no hay en Picasso absolutamente nada que merezca señalarse, sólo una estupidez extrema y un pintarrajeo priápico que puede cautivar a algunos sexagenarios con una cuenta abultada en el banco. El retrato que hizo Van Dyck de Ducon, que pertenecía al gremio de comerciantes, ya es otra cosa..."
Michel Houellebecq, El mapa y el territorio, p. 154
Anton van Dyck, Los gobernadores del gremio de comerciantes de vinos (1659)