domingo, 3 de mayo de 2015

los portadores de sueños


En todas las profecías
está escrita la destrucción del mundo. 

Todas las profecías cuentan
que el hombre creará su propia destrucción.


Pero los siglos y la vida
que siempre se renueva
engendraron también una generación 

de amadores y soñadores;
hombres y mujeres que no soñaron 

con la destrucción del mundo,
sino con la construcción del mundo 

de las mariposas y los ruiseñores. 

Desde pequeños venían marcados por el amor. 
Detrás de su apariencia cotidiana
guardaban la ternura y el sol de medianoche. 

Las madres los encontraban llorando
por un pájaro muerto
y más tarde también los encontraron a muchos
muertos como pájaros.
Estos seres cohabitaron con mujeres traslúcidas
y las dejaron preñadas de miel y de hijos verdecidos
por un invierno de caricias.
Así fue como proliferaron en el mundo los portadores sueños, 

atacados ferozmente por los portadores de profecías 
habladoras de catástrofes.
Los llamaron ilusos, románticos, pensadores de utopías 

dijeron que sus palabras eran viejas
y, en efecto, lo eran porque la memoria del paraíso
es antigua al corazón del hombre.
Los acumuladores de riquezas les temían
lanzaban sus ejércitos contra ellos,
pero los portadores de sueños todas las noches
hacían el amor
y seguía brotando su semilla del vientre de ellas 


que no sólo portaban sueños 
sino que los multiplicaban y los hacían correr y hablar.
De esta forma el mundo engendró de nuevo su vida 

como también había engendrado
a los que inventaron la manera
de apagar el sol. 


...

Gioconda Belli, "Los portadores de sueños"