LA REVOLUCIÓN VERDE
El inmarchitable tomate‐pez
que no acaba con el hambre en el mundo
pero luce impecable durante meses en los supermercados.
El resistente pez‐tomate
que no acaba con el hambre en el mundo
pero enferma de tristeza en las piscifactorías.
El maíz insecticida
que no acaba con el hambre en el mundo
pero con el que puedes perseguir a las moscas por tu casa.
La Compañía Showa Denko que,
con sus investigaciones sobre transgénicos,
no acaba con el hambre en el mundo
pero mata
a treinta y siete personas
y deja con daños irreparables
permanentes
a mil quinientas
y las que fueron borradas por las estadísticas
en Pharmacia‐Monsanto,
Sygenta‐Novartis,
Astra‐Zeneca,
Aventis, Dupont y Dow Chemicals
mientras se socializa la erosión genética,
y el 94% de las semillas que se plantan en el mundo tienen dueño.
Desaparece la diversidad,
se levantan vallas para prohibirla mientras
los virus y las bacterias saltan las fronteras de las especies
y la gente, tras los alambres,
engorda el hambre
que iba a acabar
con el hambre en el mundo
Antonio Orihuela, La ecología del capitalismo