viernes, 24 de abril de 2015

La última noche

James Salter, La última noche, Traducción de Luis Murillo Fort, Salamandra, 2006


Para mí, desconocido y misterioso Salter... Un escritor del que he oído hablar, he leído críticas, comentarios, reseñas... pero del que aún no había leído absolutamente nada. Sant Jordi-2015 ha sido la oportunidad para que esta pequeña recopilación de relatos breves caiga en mis manos. Y como se trata de relatos diferentes he comenzado la lectura por el último de ellos, el que presta su título al conjunto: "La última noche".  Su lectura me ha ido dejando sin respiración... poco a poco me han comenzado a sudar las manos, el corazón se me ha subido hasta la garganta dificultándome la respiración... y cuando lo he terminado, diez o quince minutos después de comenzar la lectura, me he quedado mudo, con la mente en blanco durante otros tantos minutos...

Literatura inquietante en pequeñas dosis que muestra destellos de vida, de personas que se relacionan entre ellas y con su pasado, con sus motivcaciones, con sus deseos, difíciles de entender, escondidos, ocultos, ignorados voluntariamente y voluntariamente eliminados de la memoria para ser recuperados... Salter no cuenta historias, sino que pinta cuadros impresionistas con luces y sombras, pequeñas pinceladas a través de las cuales intuimos situaciones, sentimientos, recuerdos, emociones... El material que utiliza Salter son personas de clase media alta americana, bien situadas, que aparentemente lo tienen todo, pero en realidad tienen bien poco... Todo se trivializa, el amor, el dolor, la memoria y el olvido...

Leer a Salter es un placer... porque leer es un placer y a algunos nos hace muy felices. Sin embargo, fue el mismo James Salter quien dijo en una entrevista publicada por El País-Babelia (1168, 12/4/2014) que "lo más asombroso es que la gente parece pasarla muy bien sin leer. Y quienes no leen parecen tan felices como yo."